domingo, 30 de septiembre de 2012

Tema 1: El ENSAYO EN EL S.XVIII.

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TEMA 1: EL ENSAYO EN EL SIGLO XVIII. JOVELLANOS

El XVIII, el siglo de la Ilustración. Racionalismo y Criticismo.

Contexto histórico-cultural.
Con el siglo XVIII comienza la Edad Contemporánea. En esta centuria Europa revisa críticamente el orden establecido con el deseo de conseguir un mundo más justo, tolerante y feliz. Entra en crisis en Europa el denominado Antiguo Régimen, basado en el predominio de unos estamentos: el eclesiástico, el militar y el aristocrático y se afianza en toda Europa un movimiento cultural denominado Ilustración, basado fundamentalmente en la razón.
Las principales características de la Ilustración son:
- La razón es la única fuente de conocimiento, en lugar de Dios, las costumbres o lo dicho por los antiguos. Se rechaza el criterio de autoridad, se impulsan las ciencias y el método experimental (Descartes, Newton). Por este motivo se denomina al periodo Siglo de las Luces.

- El fundamento racional del saber favorecerá el avance técnico y científico (Revolución industrial) y una concepción materialista y burguesa del mundo que busca la utilidad. (En literatura esto influye en el predominio de géneros didácticos –ensayo, fábula- y la decadencia de los géneros de ficción).
Los ilustrados confían en el progreso y en las mejoras de las condiciones de vida, que harán posible la felicidad sobre la tierra.

- Se impone la tolerancia religiosa y una religión natural, basada en la bondad del ser humano.
También se extienden el deísmo (creencia en un ser superior, pero no en una religión determinada) y el ateísmo.
- El sistema político es el Despotismo ilustrado. Ante la falta de cultura del pueblo, son los intelectuales los que deben buscar el bien para los ciudadanos, pero también el gobierno debe buscar la educación y la extensión de la cultura entre el pueblo. Con este propósito de promover la educación y la investigación se impulsan importantes instituciones culturales como las Sociedades Económicas de Amigos del País, la Real Academia de la Lengua y otras academias, las tertulias... También los viajes empiezan a considerarse formas de conocimiento y aprendizaje de otras culturas.
En definitiva, la Ilustración se caracteriza por la sustitución de los conceptos de jerarquía, disciplina y autoridad dogmática por los de igualdad, independencia intelectual y crítica libre. Se adopta un tono práctico y se introduce un espíritu tolerante en los nuevos pensamientos.
Aunque a lo largo de este siglo se producen importantes sucesos en toda Europa (desarrollo del maquinismo, promulgación de constituciones…), es Francia el país que impulsa el pensamiento ilustrado. Allí comienza a editarse en 1751 la Enciclopedia y, posteriormente, se iniciará -en 1789- la Revolución Francesa. La Enciclopedia, dirigida por Diderot y D´Alambert, es una obra que pretendía recoger, alfabéticamente, todos los saberes de la época defendiendo la libertad y el uso de la razón frente a las supersticiones y los prejuicios heredados de la tradición.
Su enorme importancia se debe al afán de divulgar reconocimiento (la intención de ilustrar). Aunque chocó con las autoridades académicas y religiosas, la Ilustración se difundió mediante las tertulias, los clubes, los cafés y los salones.

LA ILUSTRACIÓN EN ESPAÑA.

El espíritu reformista y crítico afectó a todos los campos, aunque en España chocó con la pervivencia de un fuerte espíritu religioso tradicionalista y, el rechazo de la Iglesia que se mostraba contraria al pensamiento ilustrado.
La introducción en España de las ideas ilustradas tendrá lugar con la instauración de la dinastía borbónica y especialmente en el reinado de Carlos III.
El pensamiento ilustrado fue calando en nuestro país a través de diferentes caminos:
- la difusión de las ideas de determinados ilustrados como el P. Benito Feijoo y Gregorio Mayans.
- las traducciones de libros franceses y la contratación de profesores y eruditos extranjeros.
- la propagación de las ideas enciclopedistas francesas (Voltaire, Rousseau, Montesquieu), a pesar del celo de la censura y de la Inquisición.
- los viajes de estudio y de conocimiento de la vida europea realizados por diversos intelectuales.
- la aparición de periódicos o publicaciones que difunden las nuevas ideas la creación de diversas instituciones culturales y de Sociedades económicas de Amigos del país, dedicadas a promover el adelanto cultural, económico y social de España mediante la extensión de la  Precedentes de los ilustrados se consideran a los llamados novatores o innovadores, intelectuales que durante el gobierno de los últimos Austrias y frente al abandono generalizado de los estudios científicos, estuvieron en contacto con los progresos europeos en astronomía, medicina botánica, o matemáticas, difundiendo las teorías de Galileo, Kepler, Newton o Linneo.
El sueño de la razón produce monstruos, grabado de Goya cultura. Otros organismos de importancia fueron la Real Academia Española, fundada para velar por el idioma, la Biblioteca Nacional, el Jardín Botánico, el Museo del Prado…
La Ilustración tuvo su punto culminante en España en el reinado de Carlos III y su declive, tras la Revolución Francesa y la invasión napoleónica. Los ilustrados contaron con el apoyo de la Corona, pero, por lo general, no fueron reconocidos por la mayoría y se les tachó de extranjerizantes y de atentar contra la tradición y las enseñanzas religiosas. Tras la Revolución Francesa, algunos fueron perseguidos e incluso exiliados o encarcelados.
No obstante, por lo general, la Ilustración española respetó la religión católica y la autoridad monárquica, y los autores intentaron armonizar las corrientes ideológicas extranjeras con los elementos de la nueva tradición. Sin embargo, la pugna entre tradicionalistas y reformadores que dio lugar a enfrentamientos continuará en la vida española aún durante todo el siglo XIX.

La literatura española del siglo XVIII.

En España, el siglo XVIII es considerado como el más mediocre en cuanto a la calidad de su producción literaria, a pesar de su interés en el proceso de modernización –o europeización- de muchos aspectos de la vida española.

Tendencias artísticas y literarias del s. XVIII.

El movimiento que se identifica con el s. XVIII es el Neoclasicismo. A pesar de ello, durante esta centuria se suceden varias tendencias:

- El postbarroquismo: los últimos coletazos del Barroco, reducido a un arte puramente formal, extravagante y sin contenido, perdurarán hasta que a mediados de siglo los sectores más cultos impongan los nuevos criterios neoclásicos.

- El Neoclasicismo: sigue los postulados de la Ilustración (independencia intelectual, criticismo, finalidad práctica...) Irrumpe favorecido por la influencia francesa (desde la política a la moda) y el agotamiento de las formas barrocas. Se vuelve al clasicismo francés y a los modelos clásicos grecolatinos. El arte debe someterse también a la razón y a las normas:

o Búsqueda de la verosimilitud.
o Estricta distinción de géneros.
o Imitación de los modelos clásicos.
o Unidad de estilo, evitando la mezcla de lo trágico y lo cómico, el verso y la prosa, el tono elevado con el familiar...
o Finalidad moral y educativa. La obra no sólo debe entretener, sino también enseñar.
Todo ello dificultará el desarrollo de una literatura imaginativa y la expresión de sentimientos sinceros, dando lugar a una literatura formalmente correcta, pero carente de emoción y espontaneidad.
Por ello, la prosa divulgativa y el ensayo serán los géneros preferidos.

- El Prerromanticismo: algunas ideas de la Enciclopedia (fraternidad, humanitarismo..) y de Rousseau (el hombre como ser naturalmente bondadoso, pero frecuentemente corrompido por la civilización y el progreso) abren el camino a una nueva corriente estética tendente a la expresión sensible y melancólica y a la vuelta a la vida natural. Se extiende una nueva sensibilidad que revaloriza el individualismo, la Naturaleza, el instinto y el sentimiento, y que anticipa el Romanticismo del XIX.


La prosa didáctica y el ensayo.

Para los ilustrados, la literatura, era, ante todo, un medio de comunicación que servía para la difusión de las nuevas ideas, y por ello en esta época predomina claramente la prosa didáctica sobre la prosa narrativa. En efecto, el carácter pragmático de la cultura favorece el predominio de autores que manifiestan su intención didáctica y las obras de divulgación de los impulsos reformistas que alentaba la Ilustración. Es el caso de Jovellanos, Cadalso, Moratín, Feijoo….El desarrollo de la literatura ensayística y de divulgación, del periodismo y de los estudios de carácter científico es prueba de la difusión de las nuevas ideas.
Al servicio de la crítica social, aparecen en literatura géneros como la comedia de costumbres, la carta literaria, el libro de viajes o la sátira; modalidades literarias que toman como inspiración las costumbres sociales para someterlas a crítica, bien por la vía de la parodia o la caricatura, bien por la del distanciamiento crítico. (Ello explica que se adopte el punto de vista de un extranjero). Otras veces el camino seguido es el del simple discurso teórico (ensayo, artículo de prensa) que, prescindiendo de la fabulación literaria, describe y critica modos de pensar, costumbres o modas del momento.
En cualquier caso, toda esta corriente literaria se relaciona de forma muy directa con el espíritu reformador del momento: en unas obras se satirizan y critican las costumbres del entorno y en otras se ejemplifica cómo debe actuar el hombre. Muy representativa de este ambiente es la figura de Jovellanos quien, no sólo recoge las ideas reformistas de la Ilustración en forma de discurso teórico en su obra literaria, sino que, en su vida dedicada a la política y a la actividad pública, participa en la puesta en práctica de tales ideas mediante medidas legislativas y administrativas.

Entre los temas que trataron estos escritores ocupa un lugar preferente la decadencia del país: analizaban sus causas y las posibles soluciones al estado de postración en España.
La educación fue otro tema importante porque se creía que la educación constituía el instrumento para remediar los males de la sociedad.
Los ilustrados contribuyeron también a revalorizar la importancia de la función social de la mujer reclamando para ella un papel más activo dentro de la sociedad. Otros temas tratados fueron la dignificación del trabajo, la religión, las costumbres... El tribunal de la Inquisición no se escapó a sus criticas.
En el siglo XVIII, la prosa de ideas recurre a modalidades literarias muy diversas: algunos ya cultivados anteriormente como la carta, el diálogo o los discursos y otros nuevos como los informes, las memorias o las reflexiones. Todo este conjunto de manifestaciones puede reunirse bajo la etiqueta de ensayo, género que se caracteriza por expresar, con afán divulgador, una opinión personal sobre algún tema de actualidad, con una prosa sencilla, a menudo en primera persona, accesible para la mayoría del público.
El ensayo es, pues, un texto generalmente de corta extensión, de carácter sugeridor e interpretativo, dirigido a lectores no especializados, que aborda, con pretensiones de originalidad.
 Los aspectos más relevantes del género ensayístico son los siguientes:

Tiene un carácter didáctico y divulgativo y suele estar dirigido a un lector no especializado. Su extensión es variable.
Posee gran amplitud temática, por lo que pueden aparecer temas variados, de carácter desenfadado o de contenido trascendente.
Su desarrollo es asistemático. El ensayo no presenta una ordenación rigurosa y el pensamiento fluye sin un orden lineal.
La estructura es abierta, tanto en el plano formal como en el conceptual. El discurso suele progresar mediante asociaciones de ideas y digresiones sobre conceptos que son de interés para el autor y que le desvían del asunto central.
Desde un punto de vista personal y con decidida voluntad de estilo, asuntos muy diversos (políticos, sociológicos, históricos, morales, religiosos, estéticos...) para lo cual adopta una estructura flexible donde con frecuencia deriva hacia motivos que le son afines (digresiones).

Los principales ensayistas del XVIII fueron:
-         Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764). A los doce años ingresó
la orden benedictina. Se licenció en la Universidad de Oviedo, ciudad donde vivió hasta su muerte. Llevó una vida retirada, pero en su celda recibía a los viajeros distinguidos (españoles y extranjeros) que pasaban por Oviedo, celebraba tertulias con otros religiosos y seglares y mantenía correspondencia con eruditos de toda España.
Hay que destacar la aportación de Feijoo al género del ensayo y su contribución a asentar el espíritu crítico e ilustrado. Su trascendencia  en las reformas culturales españolas fue ampliamente reconocida ya en el mismo siglo XVIII pues sus escritos ocuparon el centro de la discusión nacional en todos los campos del saber, ya se tratara de medicina, historia, crítica o moral.
Su labor fue eminentemente crítica. Luchó por la modernización de la mentalidad española y quería acabar con los errores, las supersticiones y los prejuicios del pueblo. La experiencia, la observación y la crítica eran para él las bases del progreso humano. Defensor de la religión frente a las falsas supersticiones, Feijoo, sin embargo, atacó los errores cometidos en la enseñanza y defendió la necesidad de una actitud crítica en el escritor, cuya misión es “batallar por la verdad y purgar al pueblo de su error”. Estos ideales se aplican en sus ensayos, dotados siempre de una estructura muy sencilla, para que puedan ser entendidos por un pueblo amplio. En el terreno de la ciencia, Feijoo afirmaba que la física experimental constituía la única disciplina útil y procuraba siempre comprobar sus teorías mediante la experimentación.
Su afán divulgador le obligaba a mantener en sus obras un tono coloquial y a desarrollar un género que por entonces se denominaba discurso y que más adelante se llamaría ensayo. Sus dos obras fundamentales fueron Teatro crítico universal y Cartas Eruditas. Ambas están compuestas por artículos
que tocaban los temas más diversos: Medicina, Ciencias de la Naturaleza, Geografía e Historia, Literatura, Teología,. etc.
Como la mayoría de los intelectuales de su tiempo, condena rotundamente el estilo demasiado adornado e ingenioso (como los juegos de palabras, característicos de la prosa quevedesca) y defiende la naturalidad y la espontaneidad: el arte debe ser sencillo y no forzado. En cualquier caso, su intención es más científica y docente que estética.
Las referencias y citas no son tratadas con el rigor de los textos científicos y el proceso de citación suele ser memorístico.
Es subjetivo. El subjetivismo queda patente en el uso de digresiones, de asociaciones de ideas, anécdotas y ejemplos. Muchas veces el ensayo refleja el mundo que rodea al autor, sus circunstancias históricas y vitales.
El ensayo es un género literario y, por ello, suele presentar intencionalidad estética, es decir, una voluntad de estilo por parte del autor quien, con frecuencia, adopta recursos estéticos propios de la lengua literaria (metáforas, antítesis, ironía, interrogaciones retóricas, etc.)
La exposición y la argumentación son las formas de elocución que con mayor frecuencia se utilizan.

-         Gaspar Melchor de Jovellanos. (1744-1811)
Nació en Gijón. Estudió Leyes y ejerció como magistrado en Sevilla y en Madrid, ciudad donde desarrolló una intensa actividad reformista. Ingresó en la Real Academia Española, en la de Bellas Artes de San Fernando y en la de la Historia, así como en la Sociedad de Amigos del País. Con la subida al trono de Carlos IV, se produjo un freno en la renovación ilustrada, y Jovellanos fue desterrado a Gijón; allí fundó el Instituto Asturiano y puso en práctica sus ideas pedagógicas. Tras ser nombrado ministro de Gracia y Justicia en 1797, fue desterrado nuevamente a Gijón y luego encarcelado en el castillo de Bellver, en Palma de Mallorca hasta la llegada de José Bonaparte (1808); fue contrario a cualquier pacto con los franceses y formó parte de la Junta Central frente a la invasión napoleónica. Caída en desgracia la Junta, volvió a Gijón. Falleció en Puerto de Vega (Asturias).

Gaspar Melchor de Jovellanos fue uno de los más insignes ilustrados españoles del siglo XVIII. Desempeñó importantes cargos políticos en los reinados de Carlos III y Carlos IV y, en el terreno literario, cultivó la poesía y el teatro, además de la prosa ensayística, con las que pretendió defender sus ideas reformista. Estas ideas reformistas –muy avanzadas en ciertos aspectos- le causaron numerosos problemas debido a la intolerancia de los sectores sociales más conservadores Aunque su producción literaria es muy escasa, además de sus ensayos, compuso algunos poemas y dos piezas teatrales (Pelayo y El delincuente honrado). A diferencia de Feijoo, sus textos ensayísticos, en los que volcó sus propuestas reformistas, tienen como destinatarios a los grupos dirigentes y no al pueblo.

Temas
En sus ensayos, Jovellanos manifestó una honda preocupación por los principales problemas de la sociedad de su época: la agricultura, Asturias, la industria, las comunicaciones..., y propuso algunas medidas reformistas para solventarlos.
Además, mostró gran interés por los temas relacionados con la educación; en este sentido trató cuestiones pedagógicas, como el rechazo del método memorístico y la reforma de los estudios. Defendió la formación humanística para los científicos como medio de desarrollo intelectual y de pensamiento integrador. Abogaba por el aprendizaje de idiomas para posibilitar el acceso al conocimiento, ya que mucha de la bibliografía más avanzada estaba en inglés o en francés…

Obras
Las propuestas de Jovellanos para solucionar los serios problemas sociales de su época obedecen a un profundo y reflexivo análisis de la situación. Su producción se centra en la preocupación por los problemas de España en aspectos como el progreso material del país, la educación, la cultura y la política. Las obras del autor que mejor reflejan estas preocupaciones son las siguientes:
_ Informe sobre la Ley Agraria. Es un tratado de economía política en que analiza las causas del estancamiento de la agricultura y propone soluciones, a veces en contra de los nobles y la Iglesia. En él, Jovellanos pide la derogación de las leyes que impiden la creación de un marco de libertad para el desarrollo de la economía agraria. Señala como causas del atraso imperante
en el campo la concentración de la propiedad en manos de la nobleza y de la Iglesia, la ausencia de los dueños de sus tierras, las malas comunicaciones y la presión fiscal.
_ Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas. En esta obra señala el origen y la evolución de los espectáculos públicos en España y analiza la cuestión a la luz del bien público: el pueblo necesita diversiones, pero no hay que programárselas, porque sin libertad no puede haber diversión verdadera. Jovellanos pretende que los espectáculos sean un medio de educación popular, es decir que cumpla el cometido ilustrado de “enseñar deleitando”. Entre otros aspectos, rechaza la fiesta de los toros y pretende reformar el teatro dignificando el género y con medidas como la creación de una escuela de actores, la puesta en escena de obras didácticas y un ambiente teatral que eleve la cultura del público.
_ Elogio de Carlos III, en realidad, es un elogio de la política reformista y del rey, como su principal impulsor. Además, analiza las causas de la decadencia española y enumera los principios ilustrados que rigen el reinado de Carlos III.
En muchas ocasiones, Jovellanos incorpora aspectos de su propia vida a sus obras. En la Descripción del castillo de Bellver no refleja solamente la arquitectura del edificio en el que estuvo encarcelado, sino que elabora un relato de ficción sobre la vida medieval que se había desarrollado en la fortaleza mallorquina. En los Diarios se recogen diversas anotaciones de la realidad de su época (historia, arte, política, economía, literatura). Finalmente, en las Cartas del viaje de Asturias critica la situación que atraviesa su región natal.

Estilo
Aunque en las obras de Jovellanos prima la intención didáctica, su prosa sobria y elegante posee notables cualidades literarias. Criticó los usos de la literatura barroca por considerarlos extravagantes y defendió un estilo sencillo. Su prosa se caracteriza por esa sencillez y una gran claridad, acordes con la intención expositivo-argumentativa de los textos. En ocasiones utilizó un lenguaje técnico, obligado por la materia que trataba. En textos como las cartas o las descripciones se observa cierta subjetividad que anticipa muchas veces el romanticismo: el paisaje, lo exterior, se muestra desde la perspectiva de la propia percepción del autor.

Otros autores:
José de Cadalso.
Su vida está marcada por su condición de militar y por la amplia formación humanística que recibió durante su juventud. (Por la publicación de una obra satírica sufrió destierro y murió en combate)
Su primera obra relevante son las Noches lúgubres.
Pero la obra principal de Cadalso son las Cartas marruecas, que recoge el intercambio epistolar entre el joven moro Gazel, de visita en España, su maestro Ben Beley, que se encuentra en Marruecos y el español Nuño Núñez.. En sus cartas, estos personajes discuten críticamente sobre las costumbres y las creencias de los españoles. La estrategia de la obra consiste en presentar la realidad del país desde los ojos de un extranjero, que tiene unos valores y unos principios distintos de los
españoles. De esta forma, el autor pone en duda algunos aspectos de la sociedad que se tenían por indiscutibles.
En las Cartas, Cadalso defiende la libertad de expresión, o la de los hijos para casarse sin el consentimiento de los padres; critica a los políticos que abusan de su posición social y a los gobernantes.
 Las Noches lúgubres están protagonizadas por un sepulturero y un joven que acude al cementerio para intentar suicidarse junto a la tumba de su amada. La situación da pie a reflexiones sobre temas como la naturaleza del hombre, la razón y la sinrazón, la justicia o la licitud del suicidio. Por su tono desesperado y algo morboso esta obra ha sido considerada una de las primeras manifestaciones del espíritu romántico en la literatura española, que no se preocupan de las necesidades del pueblo. Propugna una actitud relativista de la existencia y contempla con irónico distanciamiento muchas de las innovaciones culturales de su época, al tiempo que critica el carácter nacional y los defectos de la España tradicional.

Ignacio Luzán
Destaca, sobre todo, como autor de la Poética más importante del siglo XVIII español. En ella establece las normas que deben cumplir las obras que deseen ajustarse a los nuevos ideales clasicistas.


Juan Pablo Forner:
Destacó sobre todo por su vena satírica. Destacan sus obras Exequias de la lengua castellana donde repasa la historia de la literatura española y lamenta la situación de la lengua en su tiempo y la Oración apologética por la España y su mérito literario en que defiende la tesis de que España ha realizado importantísimas aportaciones a la cultura europea.



Esquema del Neoclasicismo


1.     Características: Reinterpretación de las ideas y preceptos clásicos. Principios: lo racional, lo mesurado y lo armónico. Carácter didáctico de la obra de arte.
2.     Géneros:

·        Lírica:  Se cuenta con autores como Meléndez Valdés o Quintana.
·        Narrativa:  Subgéneros: autobiografías ( por ejemplo,  “Vida, de Diego de Torres y Villarroel”,  o “Apuntes biográficos”, de José Cadalso) o  fábulas (por ejemplo, las de Iriarte y las de Samaniego). Destaca la obra de José Cadalso “Noches lúgubres”.
·        Ensayo:
-         Precedentes:  Diálogos”, de Platón (en la Antigüedad), “Diálogo de Mercurio y Carón (prosa erasmista del Renacimiento), de Alfonso de Valdés y  “Ensayos”, de Montaigne.
-         Obras españolas:
             
Ø  “Cartas Marruecas”, de José Cadalso(1741-1782). Subgénero epistolar (en forma de carta). Reúne introducción, 90 cartas y un prefacio. A través de las cartas se critican aspectos de la sociedad española de la época.
Ø  “Cartas eruditas y curiosas”, de Fray Benito Jerónimo de Feijoo.
Ø  “Memoria para arreglo de la policía de espectáculos”, de Gaspar Melchor de Jovellanos.
·        Teatro.  Comedia: “El sí de las niñas”, de Leandro Fernández Moratín (1760-1828 ). A lo largo de tres jornadas se desarrolla la denuncia del exceso de autoridad de los padres sobre los hijos. Sigue la regla de las tres unidades (una sola), espacio y tiempo.



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                                                    TEXTOS PARA COMENTAR
 

 (1)  ''Toros''

Así corrió la suerte de este espectáculo, más o menos asistido o celebrado según su aparato, y también según el gusto y genio de las provincias que le adoptaron, sin que los mayores aplausos bastasen a librarle de alguna censura eclesiástica, y menos de aquella con que la razón y la humanidad se reunieron para condenarle. Pero el clamor de sus censores, lejos de templar, irritó la afición de sus apasionados, y parecía empeñarlos más y más en sostenerle, cuando el celo ilustrado del piadoso Carlos III lo proscribió generalmente, con tanto consuelo de los buenos espíritus como sentimiento de los que juzgan las cosas por meras apariencias.

Es por cierto muy digno de admiración que este punto se haya presentado a la discusión como un problema difícil de resolver. La lucha de toros no ha sido jamás una diversión, ni cotidiana, ni muy frecuentada, ni de todos los pueblos de España, ni generalmente buscada y aplaudida. En muchas provincias no se conoció jamás; en otras se circunscribió a las capitales, y dondequiera que fueron celebrados lo fue solamente a largos periodos y concurriendo a verla el pueblo de las capitales y tal cual aldea circunvecina. Se puede, por tanto, calcular que de todo el pueblo de España, apenas la centésima parte habrá visto alguna vez este espectáculo. ¿Cómo, pues, se ha pretendido  darle el título de diversión nacional?


Pero si tal quiere llamarse porque se conoce entre nosotros desde muy antiguo, porque siempre se ha concurrido a ella y celebrado con grande aplauso, porque ya no se conserva en otro país alguno de la culta Europa, ¿quién podrá negar esta gloria a los españoles que la apetezcan? Sin embargo, creer que el arrojo y destreza de una docena de hombres, criados desde su niñez en este oficio, familiarizados con sus riesgos y que al cabo perecen o salen estropeados de él, se puede presentar a la misma Europa como un argumento de valor y bizarría española, es un absurdo. Y sostener que en la proscripción de estas fiestas, que por otra parte puede producir grandes bienes políticos, hay el riesgo de que la nación sufra alguna pérdida real, ni en el orden moral ni en el civil, es ciertamente una ilusión, un delirio de la preocupación. Es, pues, claro que el Gobierno ha prohibido justamente este espectáculo y que cuando acabe de perfeccionar tan saludable designio, aboliendo las excepciones que aún se toleran, será muy acreedor a la estimación y a los elogios de los buenos y sensatos patricios.

                                                        Gaspar Melchor de Jovellanos.

Cuestiones:

1.- Tema del texto (  pág. 40, libro de texto )
2.- Resumen (  pág. 43, libro de texto )
3.- Comentario crítico (Para el comentario crítico, de momento, seguirás la siguiente aclaración:
  [Se trata de que, tras resumir las ideas del texto, desarrolles tu opinión personal sobre el tema que se expone en este texto. Se valorará la originalidad de las ideas que se expongan y la capacidad para fundamentar los juicios que se emitan: razones a favor, razones en contra, perspectivas, relación con la realidad, su actualidad, etc. No es necesario que aparezcan, en párrafos distintos, la parte de opinión y la parte de crítica, sino que pueden estar entrelazadas, mezcladas.]
Más adelante te remitiré al libro de texto ).
( APOYO LÉXICO PARA EL COMENTARIO:

Aparato. Pompa, ostentación.
Ilustrado. En el siglo XVIII se decía de quien tiene extremada confianza en la capacidad de la razón natural para resolver todos los problemas de la vida humana.
Circunscribirse. Ceñirse, concretarse a un lugar.
Circunvecino. Se dice de los lugares que se hallan próximos y alrededor de otro.
Al cabo. Al fin, por último.
Bizarría. Gallardía, valor.
Patricio. Individuo que por su nacimiento, riqueza o virtudes descuella entre sus conciudadanos.

Este punto de apoyo, te irá familiarizando con la pregunta de relaciones léxico-asociativas que aparecerán más adelante.  ¡PRESTA ATENCIÓN!)



TEXTO -2:    “Memoria sobre espectáculos”.

Para exponer mis ideas con mayor claridad y exactitud, dividiré el pueblo en dos clases: una que trabaja y otra que huelga; (…) Hablemos primero del pueblo que trabaja.

Este pueblo necesita diversiones, pero no espectáculos. No ha menester que el gobierno le divierta, pero sí que le deje divertirse. En los pocos días, en las breves horas que puede destinar a su solaz y recreo, él buscará, él inventará sus entretenimientos; basta que se le dé libertad y protección para disfrutarlos. Un día de fiesta claro y sereno en que pueda libremente pasear, correr, tirar a la barra, jugar a la pelota, al tejuelo, a los bolos, merendar, beber, bailar y triscar por el campo, llenará todos sus deseos y le ofrecerá la diversión y el placer más cumplidos. ¡A tan poca costa se puede divertir a un pueblo, por grande y numeroso que sea!

Sin embargo, ¿cómo es posible que la mayor parte de los pueblos de España no se diviertan en manera alguna? Cualquiera que haya corrido nuestras provincias habrá hecho muchas veces esta dolorosa observación. En los días más solemnes, en vez de la alegría y el bullicio que debieran anunciar el contento de sus moradores, reina en las calles y plazas una dolorosa inacción, un triste silencio que no se pueden advertir sin admiración ni lástima. Si algunas personas salen de sus casas, no parece sino que el tedio y la ociosidad las echan de ellas (…).

El celo indiscreto de no pocos jueces se persuade a que la mayor perfección del gobierno municipal se cifra en la sujeción del pueblo y a que la suma del buen orden consiste en que sus moradores se estremezcan a la voz de la justicia y en que nadie se atreva a moverse ni cespitar al oír su nombre. En consecuencia, cualquiera bulla, cualquiera gresca o algazara recibe el nombre de asonada y alboroto.

                                                                 GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS:
                                                                   “Memoria sobre los espectáculos.”
Cuestiones:

1.- Tema del texto.
2.- Resumen.
3.- Comentario crítico.


  (Observaciones:

Para la elaboración de tu comentario personal debes tener en cuenta:
-          Las necesidades de un pueblo que trabaja.
-          La relación de esta necesidad con los ideales de la época.
-          Diversión o no diversión de los ciudadanos, según el autor y según tú.

Esto no son puntos a desarrollar, sino una especie de guía para que te sea más fácil el trabajo).